Esta dos lesbianas mantienen una tórrida relación en su domicilio. Como son compañeras de piso y aunque se supone que las dos tienen ligues masculinos, con frecuencia se ven desnudas, y cuando coinciden en la ducha surge la pasión y las ganas irrefrenables de tener sexo. El resultado es que día sí día no acaban enrolladas, y los orgasmos pueden ser adictivos, de modo que hasta que no dejen de vivir juntas difícilmente podrán tener una pareja estable, o puede que estas dos bellezas latinas estén destinadas a ser la una para la otra. ¿Quién dijo que en el porno no hay finales felices?
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