“Espejito, espejito, dime quién es la más bella entre todas las mujeres”, “Tú no, con esos dientes…”. Bueno, tras recibir esta respuesta, la morena protagonista de nuestro cuento no se resistió y decidió hacer otra cosa frente al espejo que no fuera preguntar por su belleza. Llamó a uno de sus novios y le invitó a una singular mamada con corrida facial frente a la cámara, como en las películas porno, para que luego pudieran ver el vídeo y masturbarse juntos. La brillante idea de nuestra protagonista, a la que llamaremos Floricienta, es que grabarían la mamada frente al espejo…