Una guarra rubia tetona llevo a una fiesta un enorme consolador con el que siempre se amanecía masturbándose, la guarra se fue de la fiesta por vergüenza pero nadie pudo saber quien era, el tío que recogió el consolador estuvo buscándola por que se quedo impresionado con el tamaño de las tetas y del culo de la zorra, fue de casa en casa buscándola y resulta que una de las empleadas de una casa era la dueña del consolador, el dildo entro sin chistar al coño y la zorra comenzó a follar con el tío.
