Sé que es una simple playa nudista, que eso no me da derecho a actuar como lo hago, pero no puedo resistirlo. Tengo una cabañita a la orilla del mar, y desde mi posición puedo deleitarme con los coños y tetas de las chicas, con los genitales colgando de los chicos. Es una visión tan erótica que quién podría resistirse a acabar masturbandose ahí con los rayos del sol y la brisa marina. Yo desde luego, doy rienda suelta a mi placer siempre que puedo. Me encanta esa playa.